Larrunarri-Txindoki, el poder de la magia | El Diario Vasco

ELISA BELAUNTZARAN

Un espectacular cielo azul, sin nubes, coronaba la cima de Larrunarri. Las vistas inmejorables con la línea de los Pirineos destacando al fondo con su manto blanco. Unos metros más a la derecha, Valdezcaray con sus cimas. Un hermoso regalo al esfuerzo de alcanzar el buzón del mítico monte de Tolosaldea y Goierri que un día cualquiera recibe la visita de sus fieles mendizales.

Larrunarri-Txindoki es un clásico que nos encanta repetir por su belleza, por su tranquilidad, por su encanto... Las razones son muchas, a pesar de su dureza, de su exigencia, de su dificultad... Aunque siempre nos asombra su magia, su fuerza, su poder. No nos sorprende que Mari lo elija como su morada en cualquier estación del año, nieve, haga sol, llueva o la niebla envuelva cada rincón de sus pastos, bosques, rocas, montes que le rodean. Larrunarri es un lugar único que despierta gran interés entre quienes los visitan y muchos de ellos sin ninguna razón aparente regresan hasta sus duras laderas.Tal vez Mari se encargue de hacerles volver con su magia.

DATOS

Quizás esa magia hizo que esta semana Josu desde Zumaia, Iker desde Amasa-Villabona y el tolosarra Julen desde Beasain decidieran subir a la cima de Larraunarri el mismo día. La dura pendiente 'rompeculos', como la conocen algunos, fue el punto de encuentro de los tres jóvenes mendizales que compartieron tentem- pié tras usperar la dura prueba. Junto al buzón conocieron a Lorena, ecuatoriana afincada en la villa papelera que no dudó enmadrugar, ponerse las botas y dirigirse hasta Alegia, para después desde Amezketa llegar a Larraitz y dirigirse a la cumbre del 'Cervino' guipuzcoano.

El buen tiempo permitió que los mendizales disfrutaran de un rato en la cima y después cada unoemprendió el camino de regreso. Iker y Julen optaron por la exigente pendiente Tximista. Josu se dirigió a la zona de minas de Arritzaga para acabar su salida en Amezketa y Lorena no perdió tiempo porque el camino de regreso hasta Tolosa le suponía aún unas horas de caminata.

Ajenos al trajín de los humanos, buitres, halcones y otras aves, disfrutan de la paz que reina en Aralar por estas fechas, aunque por diversas razones echarán en falta la presencia de sus inquilinos habituales que se dispersan por sus 3.360 hectáreas a lo largo de unos seis meses. Las casi 19.000 cabezas de ganado que cada año mantienen limpia la zona de pastos de Enirio-Aralar regresarán a principios de mayo. Mientras tanto, las aves carroñeras ysus compañeros son algunos de los privilegiados que a pesar de las bajas temperaturas que se están registrando estos días gozan de este hermoso entorno natural.

Subida desde Larraitz

Larrunarri-Txindoki, el poder de la magia | El Diario Vasco

Las heladas de estas semanas han hecho que en las zonas sombrías, el agua que aflora de las fuentes o de las zonas verdes estén congeladas y una gruesa capa de hielo que en el caso de la fuente junto a la borda Beltzulegi, se acumula en uno de sus lados, formando imperfectos cubitos de hielo naturales.

En nuestra ascensión desde Larraitz, por el camino tradicional, nos encontramos con numerosos tramos helados o con abundante escarcha que nos hacían que la misma pregunta rondara en nuestra mentes: «¿Quién nos manda a nosotras venir al monte con este frío?», pero pronto descubrimos que merece la pena y compensa madrugar y pasar un poco de frío.

Como otros cuantos mendizales partimos desde el aparcamiento junto a la puerta de Zamao en el barrio de Larraitz (401 m.). Tras dejar atrás la valla de Zamao, seguimos el camino de piedra suelta que se sitúa bajo Larrunarri. A lo largo del mismo nos encontraremos numerosas señales y marcas que nos llevarán hasta la cima sin dificultad. Objetivo que alcanzaremos siguiendo el rastro de quienes nos precedieron en lograr la querida cima. A pocos metros de la valla podremos ver , a la izquierda del camino, la piedra de Neskarri. Según cuenta la leyenda «una chica fue sepultada por la misma cuando se disponía a recoger el agua que manaba de la fuente que en ese lugar había. Tanto el manantial como la fuente desaparecieron».

La pista sigue hacia el barranco Urruzti. Pasaremos la valla de Gaztesuiko langa (540 m.). Siguiendo nuestro camino hacia Amiztiko Harkaitza (610 m.), se encuentra otra valla que deberemos dejar atrás para seguir la pista, ya más estrecha que nos acercará hasta el pinar en el término de Labain.

Galería.

La pendiente es bastante exigente, pero el esfuerzo merece la pena y para cuando nos demos cuenta nos situaremos en la fuente de Oria Iturri (855 m.). Larrunarri no nos perderá de vista. Avanzaremos por el camino empedrado se llega al comienzo de «Tximista bidea», una auténtica «rompepiernas» en toda regla, sólo aptos para personas muy preparadas o con muchas ganas de sufrir, porque la cuesta se las trae. El resto optamos por cruzar la valla que sube hacia la derecha en busca de las majadas de Zigarate o «Ziate». La primera de ellas es «Ziate behekoa» (925 m)que aparece tras superar la cresta que nos domina. Luego seguimos la marcha hacia la izquierda dejando una fuente junto al camino, antes de llegar a «Ziate Goikoa» (1.008 m). En todo momento el sendero nos guiará sin la mayor dificultad. A la izquierda, protegida en el fondo de una dolina, se encuentra la majada de Elutsetane (1.086 m).

Luego pasamos ligeramente por debajo del collado de Zaldiarrate (1.148 m) y, tras una cota rocosa (1.173 m), se llega al collado Egurral (1.154 m ). Una empinada ladera nos separa de la cima, y basta seguir el sendero que la recorre para salir a un pequeño hombro a la derecha de la cima (1.290 m ). Aquí se sigue por la sencilla cresta hasta su punto culminante. Se puede continuar fácilmente por la cresta para llegar a la punta que eleva una cruz: «Erlabeltzeko puntie» (1.346 m ). La cima es rocosa, y en ellas se encuentra un buzón y la figura de un mendizale que disfruta de las magníficas vistas. Desde aquí se pueden contemplar las crestas de Aizkorri o de Udalatx, así como el valle del río Oria, el macizo de Hernio hasta Murumendi y todo el cresterío de la Sierra de Aizkorri, Pirineos navarros,...

Algo mágico tiene Larrunarri que nos envuelve cada vez que llegamos hasta su cima. Hay quien dice que siente en ella la magiade Mari. Según la leyenda, la dama de Larrunarri, una joven natural del caserío Irabi de Amezketa maldecida por su madre y arrastrada por el mismo diablo hasta su cima, encuentra en alguno de sus rincones su actual morada. Leyenda o no, la «jainkosa» eligió uno de los montes vascos más hermosos para su vida eterna y su belleza la ha convertido en una de las montañas emblemáticas entre los mendizales.

Fuera como fuese, nos encanta subir a ellay nos sorprende que recompensa cada vez que la visitamos.

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